Tras una larga historia de intentos fallidos para legalizar el juego, Brasil enfrenta nuevos desafíos que lo obligan a poner en pausa una vez más el tratamiento político de una ley de juego. Uno de ellos es la celebración de elecciones generales este año, que dificulta el desarrollo en el plano parlamentario.
“Estamos en año electoral y resulta poco probable que los políticos opten por defender un tema tan sensible como el juego al que muchos vinculan con el lavado de dinero y la actividad delictiva, especialmente si se tiene en cuenta la larga lista de escándalos por corrupción que involucra a políticos locales”, dijo a GIEspañol Neil Montgomery, socio director y fundador de la firma de abogados Montgomery & Associados.
Las elecciones generales en Brasil se llevarán a cabo en octubre de este año. En ellas, se elegirá al presidente y vicepresidente, como también al Congreso Nacional, gobernadores y vicegobernadores estatales y asambleas legislativas estatales.
“Uno de los grandes obstáculos para la legalización de los juegos de azar es la oposición religiosa”, aseguró Montgomery. “Los políticos que conforman la bancada evangélica en el Congreso son muy fuertes y Brasil sigue siendo el país católico más grande del mundo”.
Para Montgomery, hay miedo al juego compulsivo y una creencia generalizada de que el juego y el crimen van de la mano. “La Fiscalía Federal también se ha pronunciado en contra de la legalización”.
A esto se le suma un evento previo, la Copa Mundial de Rusia, que comenzará el próximo 14 de junio, y que, según el socio director de la firma con sede en San Pablo, hará que el país “se pare por completo durante la competencia”.
Actualmente, hay dos proyectos de ley en el Congreso que tienen por objeto legalizar el juego y las apuestas. Uno, en el Senado (PLS 186/14) y otro, en la Cámara de Diputados (PL 442/9). “Si bien hay algunas diferencias entre ellos, ambas cámaras han llegado a un acuerdo sobre los principales términos y condiciones. El proyecto de ley en el Senado ha sido rechazado por su Comisión de Constitución y Justicia, pero aún puede ser aprobado por el Pleno”, explicó Helena Calderano, abogada también de Montgomery & Associados.
Sin embargo, advirtió que hay mucha presión por parte de lobbistas para darle empuje a la propuesta impulsada por el Ministerio de Turismo que busca legalizar únicamente los casinos como parte de resorts integrados. Desde ese sector, argumentan que son los que atraerán mayores inversiones.
Vinicius Lummertz, el flamante ministro de Turismo brasileño, publicó esta semana una columna en el diario O Globo en la que instó a reglamentar los casinos resorts de forma “urgente”.
“Hay que separar los resorts integrados de otros tipos de apuestas. Para el turismo, lo que interesa es la regulación de los resorts integrados porque atrae inversiones a manos de grupos internacionales y promueve el turismo de negocios y eventos”, remarcó Lummertz. “Mientras más de 13 millones de brasileños sufren a causa del desempleo, el Congreso tiene que votar un proyecto de ley que generaría más de 50.000 millones de reales en inversiones y 100.000 empleos”.
Esta propuesta ha sido criticada por varios sectores que defienden el juego, ya que consideran que no alcanza para cubrir la demanda actual en el país.
“Todo depende de lo que suceda en las elecciones. Por ejemplo, hay un candidato bastante popular, Jair Bolsonaro, que es famoso por su conservadurismo. A pesar de que ha manifestado que no se opondría a la legalización del juego, es probable que sólo lo permita en un entorno de restricciones. Una vez que transcurran las elecciones, estaremos mejor parados para evaluar el asunto del juego”, explicó Montgomery.
Uno de los mayores temores de la población brasileña es que las autoridades no cuenten con los recursos y el conocimiento suficientes para inspeccionar a los proveedores de juego. Además, se cree que la legalización podría promover el lavado de dinero y los delitos de cuello blanco. “Teniendo en cuenta la coyuntura política actual y luego de los escándalos que surgieron cuando se hizo pública la Operación Autolavado, la sociedad duda”, comentó.
Además, explicó que Brasil es una jurisdicción extremadamente regulada y “todo pareciera indicar que la actividad de juego legal no será la excepción a la regla”. “Es probable que la reglamentación del juego sólo cree cargas y obligaciones para los proveedores, en lugar de limitar el alcance de las actividades”, dijo.
“Una fecha realista para legalización del juego en Brasil es 2019”, vaticinó. “Hay que ver cómo se configura el escenario político después de las elecciones. Los esfuerzos de lobby para aprobar los resorts integrados pisan fuerte y el nuevo ministro de Turismo apunta en esa dirección. Pero el próximo año podría haber otra persona ocupando ese cargo”.
Al momento, el panorama es incierto. Habrá que esperar al siete de octubre, cuando los brasileños concurran a las urnas.
*Artículo publicado en Gaming Intelligence en Español, en 07/06/2018.